Carlos Gracie
Para conocer bien las raíces no puede faltar un poco de información del que se podría considerar uno de los fundadores del Jiu-Jitsu Brasileño.
¿Quién es Carlos Gracie?

Un luchador rebelde
Carlos Gracie: El creador de una dinastía de luchadores
Carlos nació en Belém en 1902, el primero de ocho hijos. Era un niño travieso y agresivo, propenso a meterse en peleas y ser expulsado de la escuela. Cuando Carlos tenía 15 años, con la esperanza de encontrar una manera de controlar su agresividad, su padre Gastão lo llevó a un desafío de lucha libre profesional en el circo que poseía, y donde Carlos fue testigo de cómo el luchador Mitsuyo Maeda derrotó a un contrincante mucho más grande que él. Impresionado por la hazaña, comenzó a entrenar con Maeda y su ayudante Jacyntho Ferro, aunque durante un corto periodo de tiempo ya que su familia se mudaría a Río de Janeiro por razones económicas. Con el cambio Carlos comenzó a trabajar como portero en el casino de su padre hasta que se convirtió en alumno de Donato Pires dos Reis, instructor policial cuerpo a cuerpo y aprendiz de Maeda. Bajo su tutela, Carlos tuvo su primer entrenamiento formal, aprendiendo especialmente técnicas de autodefensa.
Comenzó su carrera de luchador desafiando al judoka Geo Omori en São Paulo en 1929, aunque inicialmente fue rechazado debido a la falta de entrenamiento y experiencia de Carlos. Con posterioridad se enfrentaron en dos exhibiciones de “jiu-jitsu” (un término usado para el judo en Brasil) escenificadas para la Guardia Municipal en enero de 1930. Luego, Carlos y su hermano George fundaron una pequeña escuela en el Barrio nas Perdizes, donde trajeron a Omori para enseñarles jiu-jitsu. Sin embargo, después de que Carlos fue arrestado y encarcelado por asalto a tres hombres que supuestamente habían insultado a su novia, los dos hermanos tuvieron que regresar a Río de Janeiro.
Carlos Gracie en Rio de Janeiro
En Rio de Janeiro los hermanos se unieron a la escuela de Donato Pires, inaugurada en Márquez de Abrantes en septiembre de 1930. Desde este momento, aparte de la enseñanza y el aprendizaje de jiu-jitsu bajo Pires, Carlos se dedicó a las peleas no autorizadas en pequeños bares, promover la lucha de gallos , y a experimentar sobre la nutrición y los hábitos alimenticios. En junio de 1931, Pires se muda a Santa Catarina debido a su trabajo en el Ministerio de Economía, dejando su academia en manos de Carlos.
Aparte de las artes marciales, Carlos también estaba interesado en la medicina alternativa y el ocultismo debido a la muerte por enfermedad de su primera novia. Comenzó a trabajar como consultor espiritual del ejecutivo del Banco de Brasil, Oscar Santa María, miembro de la Sociedad Rosacruciana de Brasil , en la cual se consideraba que Carlos tenía “fuertes poderes”. Con el tiempo Carlos conseguiría financiación para su academia y otras empresas por parte de Santa María a cambio de ponerlo en contacto con un espíritu supuestamente peruano llamado Egidio Lasjovino.
El 3 de julio de 1931, Jayme Ferreira, haciéndose eco de una pelea callejera que había tenido Carlos con un luchador de capoeira. Decide con Carlos celebrar una torneo que enfrentaría a tres luchadores de Jiu Jisu de la academia de Carlos con tres luchadores de capoeira de la academia de Ferreira. El desafío obligó a los luchadores a usar judogis y prohibió los golpes en el suelo, lo que provocó que uno de los luchadores de capoeira quedara descalificado al golpear a George Gracie. En los otros dos combates, Oswaldo Gracie y Benedicto Peres derrotaron a sus oponentes. El evento fue recibido negativamente por la comunidad de la capoeira, sin embargo, no solo debido a un conjunto de reglas percibidas como demasiado favorables para el lado jiu-jitsu, sino también a las acusaciones de que Ferreira (un luchador de lucha Greco-Romana) profesor asociado a Carlos no era un maestro de capoeira y por lo tanto, no podía representar el arte. El famoso luchador profesional y deportista Manoel Rufino dos Santos criticó aún más a la familia Gracie, por lo que se pactó una pelea para el 22 de agosto de 1931 entre él y el propio Carlos para resolverlo. En respuesta, el maestro de Carlos, Donato Pires, dijo a través de la prensa que las afirmaciones de Carlos de ser una alumno directo de Mitsuyo Maeda era falso, por lo tanto, no era apto para representar al jiu-jitsu. Esto provocó que Carlos y sus hermanos atacaran a Donato frente al America Hotel en Catete un día antes del evento. Por este incidente, los lazos con Pires se cortaron y la academia de Márquez de Abrantes se hizo totalmente una propiedad de Carlos.
Carlos y Helio Gracie
La pelea, que fue el único combate profesional en la vida de Carlos, finalmente tuvo lugar en el día prometido. Durante los dos primeros asaltos de cinco minutos, Rufino dominó la pelea, obligando a Carlos a defenderse. En el tercero, Rufino pasó la guardia de Carlos encerrándolo contra las cuerdas y propiciándole una combinación de golpes las cuales Carlos evitó saliéndose del ring a través de las cuerdas. En ese momento el árbitro detiene el combate, reiniciándolo en el centro del ring. Una vez iniciado de nuevo el combate Carlos consigue encajar una guillotina y finalizando a Rufino, el cual aprovechando la confusión sale de ella. Carlos se quejaba de que Rufino había salido después de palmear, pero los jueces después de una larga deliberación, deciden reiniciar el combate en el centro del ring. Ante esta decisión Carlos se niega a luchar, insistiendo en que ya había ganado, declarando los jueces vencedor a Rufino por la retirada de Carlos.. El conflicto luego se trasladó a los periódicos, donde Rufino criticó la habilidad de Carlos y el propio jiu-jitsu, lo que llevó a Carlos, George y Hélio a asaltarlo frente a su academia en Tijuca el 18 de octubre. En esta agresión los hermanos Gracie lo golpearon repetidas veces con una caja metálica hasta inmovilizarlo y así Carlos poder aplicarle una palanca de brazo, dislocando su hombro tan gravemente que necesitaría cirugía. Esta vez los hermanos Gracie fueron arrestados y condenados a dos años y medio de prisión por asalto, así como por tratar de huir durante el arresto, pero sus contactos con el presidente de Brasil, Getúlio Vargas, les otorgaron el perdón.
El mismo año, Carlos se retiró de la competición y se centró en la enseñanza. Después de mudarse a Fortaleza, comenzó a enseñar jiu-jitsu en la policía nacional mientras seguía investigando en la dieta Gracie. En 1948, publicó su libro “Introdução ao Jiu-jitsu”, siendo este principalmente un manual de nutrición y filosofía .